¿Qué está pasando en República Dominicana, señores? ¡Otra desaparición más!
RD, Noticias. La desaparición del pequeño Roldanis Calderón, de apenas tres años, en Manabao, La Vega, el pasado 30 de marzo, vuelve a encender las alarmas sobre una crisis que parece no tener fin en nuestro país: las desapariciones de personas. Este caso se suma a una preocupante tendencia que ha ido en ascenso en los últimos años.
Según datos de la Asociación Dominicana de Familiares de Desaparecidos (Asodofade), entre junio de 2022 y febrero de 2025, se registraron 2,242 personas desaparecidas en la República Dominicana, de las cuales 1,800 aún no han sido encontradas. Esto equivale a un promedio de aproximadamente dos personas desaparecidas diariamente en el país.
El incremento es alarmante: en 2020 se reportaron 95 casos; en 2021, la cifra aumentó a 201; en 2022, se registraron 328; y en 2023, alcanzaron un pico de 433 denuncias. Estos datos representan un aumento del 355% entre 2020 y 2023.
Entre los casos más destacados y aún sin resolver se encuentran:
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Sudiksha Konanki: Estudiante de medicina de 20 años, desaparecida el 6 de marzo de 2025 en una playa de Punta Cana. A pesar de la intervención de organismos internacionales como el FBI y la Interpol, su paradero sigue siendo desconocido.
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José Dolores Rodríguez ("El Viejo Lolo"): De 93 años, desapareció en diciembre de 2024 en Manabao, La Vega, la misma comunidad donde recientemente desapareció el niño Roldanis Calderón.
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Gabriel de la Cruz de León: Hombre de 36 años, visto por última vez el 31 de enero de 2025 en el sector Capotillo, Distrito Nacional.
Estos casos reflejan una realidad inquietante que afecta a familias de todas las regiones y estratos sociales del país. La falta de respuestas concretas y la ausencia de políticas públicas efectivas para abordar esta problemática han generado una sensación de impotencia y temor en la población.
Es imperativo que las autoridades tomen medidas urgentes y contundentes para frenar esta ola de desapariciones. La implementación de protocolos de búsqueda eficientes, la asignación de recursos adecuados y la creación de una entidad especializada en la investigación de estos casos son acciones que no pueden seguir postergándose.
La vida y seguridad de los ciudadanos dependen de ello. No podemos permitir que la desaparición de personas se convierta en una estadística más o en una noticia que, aunque alarmante, se vuelva cotidiana. Es hora de actuar con determinación y responsabilidad para devolver la tranquilidad a las familias dominicanas y garantizar un futuro donde todos podamos sentirnos seguros.
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